Este edificio no sólo sirve como una clínica más en el abarrotado Centro de Oncología, sino que también es un lugar donde los pacientes suelen pasar momentos extremadamente difíciles de sus vidas. La prioridad a la hora de diseñar el edificio fue crear un interior que facilitara a los pacientes y a sus familias, pasar tiempo en estas instalaciones y calmar sus emociones.
El interior de la clínica es excepcional y merece especial atención el vestíbulo principal, donde se encuentra el mostrador de recepción, de estructura muy vanguardista. La iluminación es otro elemento que contribuye al carácter actual del interior. Gracias a las numerosas superficies acristaladas, el interior del edificio recibe mucha luz solar. Se complementa con luz artificial que se ha diseñado de forma que se convierta en un elemento de decoración y diseño, además de cumplir su función iluminadora. Los pasillos de la clínica están atravesados por líneas de iluminación empotradas en el techo y que descienden por las paredes, imitando la luz que inunda el interior desde muchos puntos. En la cafetería, en cambio, se han aplicado cilindros o marcos blancos colocados irregularmente, que diseñan un excelente complemento de todo el interior, armonizando con las mesas y sillas blancas.